domingo, 14 de septiembre de 2008

El aprendizaje y el desarrollo de las competencias

REFLEXIONES Y SINTESIS SOBRE EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS
Dolores Myriam Gutiérrez Solis, Septiembre 2008


El artículo de Xavier Vargas Beal (mayo 2005), Reflexiones sobre el aprendizaje y el desarrollo de las competencias, pone sobre la mesa aspectos trascendentales relacionados al desarrollo de las competencias y las conceptualizaciones epistemológicas de los términos relacionados al proceso de enseñanza-aprendizaje que se han suscitado a raíz de este enfoque. Se cuestionan aspectos tales como la mediación del maestro, la existencia o no de un aprendizaje no significativo así como el uso de las palabras “competencia” y “aprendizaje”. Intentaré a lo largo de este texto resumir los aspectos mas relevantes expuestos en el articulo del autor.

El análisis se inicia con el cuestionamiento de la dimensión educativa del desarrollo de las competencias en oposición a la laboral. Ambas tendencias se han ido desarrollando mas para satisfacer la demanda del mercado que lo académico en si mismo, “la competencia académica, está siendo desplazada por otra: la de la competencia operativa” . De esta premisa se desprende la diferencia fundamental entre ser competente y ser competidor, el autor expresa que “Ser competente, refiere a unas capacidades que aún siendo operativas, se encuentran articuladas sustantivamente con distintas formas del saber; ser competidor en cambio, refiere a un rol concreto dentro de unas relaciones sociales de ganar-perder.” 2 Vargas sugiere acompañar el desarrollo de las competencias en la educación universitaria con reflexiones de fondo para no transformar la formación inteligente y etica de servicio de las universidades en una formación automatizada y competitiva, es como dice Eduardo Arias, “desarrollar competencias que enfatizan el aprendizaje personal y en colaboración”, es importante tomar en cuenta el factor humano y social al desarrollar las competencias.

Vargas también sugiere primero conceptualizar los términos que se utilizan al referirse a la competencia tales como competitivo, competentes, capacitación, educación, capacitación, etc. y así recuperar el significado que se le da a las palabras; para comprenderlas y dimensionar su uso. Al realizar su investigación encuentra similitudes y diferencia s entre algunas teorías sobre todo entre la corriente humanista y la estructuralista. Al hablar del aprendizaje el autor menciona que “al aprender, el ser humano está optando por una forma concreta de apropiación de la realidad, del mundo “, y piensa que al apropiarse del conocimiento en tanto construcción de la realidad, el sujeto se encuentra al mismo tiempo optando por una de las distintas posibilidades que tiene siempre frente a sí pues todo aprendizaje sucede en la acción y toda acción es en sí misma una elección. En tal acción se está apropiando para sí de aquel conocimiento que está construyendo, pero al hacerlo en el mismo acto se está apropiando de la realidad, la está haciendo propia. En este sentido, la apropiación de un conocimiento, por ser el que se ha optado por construir, se ha vuelto conocimiento propio.2

El conocimiento de la realidad es lo que hace a los seres humanos, lo que los va construyendo y haciendo quienes son. Como entes pensantes tenemos la posibilidad de elegir la realidad que queremos convirtiendo el conocimiento abstracto en concreto para nosotros mismos, aprehendiendo la realidad de una forma determinada volviéndose esta una realidad propia a través de los propios procesos de asimilación y acomodación. El aprehenderse del nuevo conocimiento, de aquel que se elige aprehender, es un proceso adaptativo mediante el cual el sujeto se construye a sí mismo como ser humano, de ahí que toda construcción del conocimiento constituya siempre una re-organización de los propios esquemas de entendimiento de la realidad.

El autor cuestiona si existe acaso un aprendizaje no significativo, concluyendo que todo aprendizaje es significativo en algún grado para el sujeto dependiendo de sus necesidades e intereses, luego entonces no es posible mediar ni facilitar el aprendizaje significativo, sencillamente, porque el maestro no puede mediar ni facilitar las necesidades cognoscitivas intrínsecas del alumno que fundan sus procesos de adaptación. Vargas menciona que el docente puede proveer las herramientas físicas o psicológicas que supone que el estudiante necesita, pero el alumno puede estar necesitando herramientas muy distintas de las que el maestro supone, así pues no cree que sea posible mediar y mucho menos proveer aprendizajes significativos. La asimilación de nuevos significados a los viejos y la acomodación de los viejos a los nuevos, implica la actualización del sí-mismo del sujeto cognoscente en tanto que es en esta organización de esquemas para interpretar y comprender la realidad que el sujeto tiene su fundamento vital como ser bio-psico-social. Concluye que el que sea un aprendizaje poco o muy significativo no depende del maestro, ni de la estrategia educativa o el programa, este depende solo del propio interés del alumno.

A mi parecer esta reflexión rompe con el esquema que de antemano me había costado asimilar, mi posición de facilitador ante este nuevo enfoque, sin embargo sí comprendo que es importante conocer los intereses y habilidades o posibilidades de los alumnos con los que trabajamos, en ocasiones pretendemos que ellos realicen actividades que están fuera de su alcance físico, cognitivo o económico, por lo que de este pensamiento rescato la importancia de “situar el aprendizaje”, seleccionando la acción considerando los aspectos emocionales de los alumnos, sus posibilidades y necesidades.

Hablando de competencias

Vargas sugiere ubicar el corazón del proceso de enseñanza-aprendizaje en la acción, ya que es en ella que la construcción de conocimientos se garantiza al poner en conflicto cognitivo la organización de los esquemas de entendimiento de la realidad; también debido a que es en la acción y no sólo en el pensamiento, que el alumno opta por un modo de estar en el mundo al aprehenderlo , al apropiarse de él de un modo específico; y finalmente, porque es en la acción que el conocimiento toma un sentido singular y propio para cada alumno.

También dice que debemos considerar que el discurso verbal tiene su propia fuerza y valores cognitivos, y no debe ser por tanto relegado a un segundo plano como algo indeseable. El lenguaje puede estar, y de hecho está de manera muy importante, al servicio del desarrollo de las competencias. En este sentido, no debemos olvidar que el discurso verbal, aunque a algunos educadores les cueste trabajo asumirlo, es parte sustantiva de la acción.

Ya que la acción moviliza conocimientos es imperioso asumir que los conocimientos no pre-existen como tales sino que son construidos en el momento de la acción misma, a través de la movilización de los esquemas de acción producida por los procesos de asimilación y acomodación que reconstruyen determinados conocimientos en pos de asimilar unos nuevos, desarrollando así, al fin, una nueva competencia. No se debe olvidar todo el mundo de afectos y pasiones involucrados en cada acción del alumno, pues es este mundo el que provee la motivación que acaba determinando la selección del contenido de realidad sobre el cual operan las estructuras cognitivas, y puede también en caso de no ser tomado en consideración o ser errado, destruir cualquier estrategia educativa por más bien diseñada que ésta esté. Lo menciona el autor cuando dice: “La selección de la acción no basta si no se considera a la par, el estado emocional de los alumnos involucrados.”

Considera que se debe buscar un equilibrio entre el enfoque socio-ético de las competencias profesionales opuesto al espíritu de competitividad individualista neoliberal comprometida únicamente con los valores del mercado. Es imprescindible atender a los valores de la humanización para construir un mundo civilizado donde el mercado no esté por encima del destino deseable del ser humano. Saber conocer y saber hacer resuelven la tarea humana de saber el qué y el cómo, pero de ninguna manera alcanzan para resolver social y éticamente el con quién y el para qué. Para ello, se necesita –en palabras de Delors3- saber convivir y saber ser. La consecuencia de desarrollar determinadas competencias, desprovistas de un sentido teórico-crítico y orientado a resolver sólo unos problemas específicos, tenderá a hacer de cada profesión un simple oficio. El autor nos recuerda que el aula universitaria es un espacio también de análisis y reflexión teórico-crítica importante donde los profesionistas regresan precisamente a analizar y reflexionar su praxis con los alumnos, si no fuera así, la universidad como institución social se vería fuertemente limitada. Hace alusión a que Delors concibe la educación como un todo y que es trascendental desarrollar los cuatro saberes en forma simultanea sin dar mayor peso a unos o a otros sino encontrando un buen balance o equilibrio entre ellos.

En síntesis la investigación que Xavier Vargas realizó me parece que puntualiza la importancia semántica de la terminología utilizada en el enfoque basado en competencias y describe en forma elocuente y argumentada los conceptos relacionados a la misma. Cuestiona también aspectos que, en lo personal, no había podido delimitar o comprender como esa posición de mediador o facilitador, me queda claro ahora la diferencia que existe entre aprender y aprehender, ambos procesos en los que es el sujeto, en si mismo, quien procesa y genera su conocimiento de acuerdo a su propia realidad.

Como mencioné antes, rescato la importancia de conocer los intereses y habilidades o posibilidades de los alumnos con los que trabajo para poder elegir las acciones pertinentes para situar y hacer significativo el aprendizaje de estos seres humanos. Procuraré en lo sucesivo considerar el qué, cómo, para quién y para qué, en la elección de mis “acciones” para garantizar un equilibrio en los saberes de mis aprendices.

Barnett, Ronald (2001), Los límites de la competencia, Gedisa, España, p. 127
2 Vargas Beal, Xavier El aprendizaje y el desarrollo de las competencias Disponible en: http://www.arquepisteme.iteso.mx/reportesobrelascompetencias.doc
3 Delors, Jacques (2001), La educación encierra un tesoro , UNESCO, México.